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Momentos de interioridad: Cuidando el cuerpo

El mundo interno es algo propio, íntimo y subjetivo. Es muy importante cuidarlo, sobre todo cuando las circunstancias del mundo externo se complican y las cosas no son como nos gustaría. Cada persona es responsable de su propio mundo interior.

Mundo externo y mundo interno están íntimamente ligados. Cuidando nuestro interior y sintiéndonos bien por dentro podemos percibir mejor todo lo que está sucediendo fuera.

La interioridad empieza por el cuerpo. Nuestro cuerpo es nuestra herramienta para actuar en el mundo, y también el lugar donde podemos reconocer nuestras emociones. Por eso, es muy importante cuidarlo, nutrirlo con buenos alimentos y ejercitarlo para sentirlo fuerte y relajado.

Recordamos algunas de las sencillas y eficaces practicas que nos permiten sentir el cuerpo y la espalda fuertes, sin bloqueos y sin tensión.

La palmera: De pie, los pies ligeramente separados, se entrelazan los dedos de las manos, se giran las palmas hacia afuera y se apoyan sobre la cabeza. Fijando la mirada en un punto y coordinando respiración y movimiento, al inhalar se estiran los brazos y todo el cuerpo hacia arriba poniéndose de puntillas, se retiene ligeramente la respiración, y al exhalar se vuelve a la posición inicial.

La palmera que se mece: De pie, se separan los pies unos sesenta centímetros. Se entrelazan los dedos de las manos y se giran las palmas hacia afuera sobre la cabeza. Al inhalar se elevan los brazos, al exhalar se estira el cuerpo desde la cintura hacia la izquierda sin inclinarlo hacia delante. Al inhalar se vuelve al centro, al exhalara hacia la derecha.

El leñador: De pie, se flexionan suavemente las rodillas, se imagina un hacha imaginaria en las manos cerrando los puños. Se inspira por la nariz elevando los brazos y manteniendo la espalda recta se exhala con todas las fuerzas por la boca emitiendo el sonido “HA”.

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