La ciudad que vio nacer a Francisco es de nuevo lugar de vida comunitaria, acogida y oración de nuestra Congregación. Con la llegada de la hermana Antonia Socias y la entrega simbólica de las llaves de la casa por parte del Vicario General de la Diócesis a la hermana Alicia García, las hermanas de la comunidad de Asís comparten ya vida y oración en esta casa tan especial para la Congregación.
Las “sorelle spagnole” siempre han sido muy queridas en la ciudad. La cálida acogida, la proximidad, y una relación abierta y fraterna con todos los vecinos y visitantes de Asís han distinguido siempre a esta comunidad.
La casa de Asís se convierte así en un espacio de convivencia fraterna y de oración; un lugar extraordinario donde las hermanas oran ya por la Congregación, por la hermana tierra y por todos los que habitamos en ella.