“Así llegué al momento de hacer la primera profesión, lo que llamamos los votos temporales, haciendo una promesa de vivir en pobreza, castidad y obediencia al estilo de Jesús, observando la Regla y vida de San Francisco de Asís y las Constituciones de las Hijas de la Misericordia.
Este día me sentí feliz, porque iba adquiriendo cada vez más el vivir el Evangelio que es la “Buena Noticia” con los tintes de ser Franciscana Hija de la Misericordia: en comunidad de hermanas que comparten vida, oración y misión.”
Una de nuestras Hermanas comparte cómo fue su proceso de optar por vivir como Franciscana Hija de la Misericordia.