800 años de la composición del Cántico de las Criaturas
Este año venimos celebrando el octavo centenario de la composición del Cántico de las Criaturas, en el que san Francisco de Asís comparte un mensaje de reconciliación y paz en un mundo herido.
En el primer manuscrito de mediados del siglo XIII que nos ha transmitido este hermosísimo poema y oración de Francisco, aparecen dos líneas en blanco que, parece ser, estaban destinadas a contener la melodía para cantarlo. El copista no puso aquella música primera del Cántico, seguramente, porque se la sabían de memoria.
Son muchas las melodías que, de alguna forma, han cubierto esa laguna a lo largo de la historia. El I Concurso Internacional de Composición «San Francisco de Asís» que hemos celebrado este año en torno al Cántico, ha sido una bonita manera de seguir acercándonos al mismo y de celebrarlo. Una manera artística, juglaresca, poética, para seguir haciendo lo que Francisco quería: que el Cántico resonase por los caminos del mundo, por todo el cosmos, como una invitación a la alabanza común, al encuentro y a la fraternidad universal.
Como sabéis bien, Francisco escribió estas Laudes Creaturarum, el “Cántico de las Criaturas”, en aquel italiano naciente que se desgajaba del latín. Las acompañó de una música y quiso que los hermanos menores, como juglares de Dios, las cantasen por todos los caminos del ancho mundo.
Nos cuentan las Fuentes Franciscanas: «Quería, y es lo que les aconsejaba, que primero alguno de ellos que supiera predicar lo hiciera y que después de la predicación cantaran las Alabanzas del Señor, como verdaderos juglares del Señor. Quería que, concluidas las Alabanzas, el predicador dijera al pueblo: ‘Somos juglares del Señor, y la única paga que deseamos de vosotros es que permanezcáis en verdadera penitencia’. Y añadía: ‘¿Qué son, en efecto, los siervos de Dios sino unos juglares que deben mover los corazones para encaminarlos a las alegrías del espíritu?’. Y lo decía en particular de los hermanos menores que han sido dados al pueblo para su salvación
Francisco, con su Cántico, nos sigue invitando a todos hoy, a 800 años vista, en esta historia nuestra, a ser, como él, juglares: a contar y cantar bonitas historias y a hacerlo de una manera hermosa; a peregrinar por la tierra sembrando Esperanza; a descubrir nuestro corazón y cada criatura y la creación entera unidos por una verdadera y misteriosa melodía.
A todos y todas, ¡PAZ Y BIEN!
Jesús Torrecilla
Comisión Nacional para los Centenarios Franciscanos
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